Es muy absurdo que un amante de la cultura destruya el Albéniz con la excusa de ir a crear algo similar. Se trata de una contradicción absoluta. Los bienes culturales, se preservan, se restauran y se protegen. Jamás se destruyen para hacerlos mejores.Por ello, queremos manifestar nuestro rechazo a la demolición del Albéniz, y repetir nuestro mensaje de salvación de ese teatro.todos los esfuerzos por salvar el teatro son bienvenidos.
Todos los esfuerzos por disfrazar la demolición del Albéniz no son sino simples engaños, a nuestro juicio. Y lo peor es que cuando ese engaño sea patente, el daño estará hecho ya.Esta plataforma seguirá incomodando y molestando a quienes quieran hacernos creer que la salvación de un teatro como el Albéniz está en su conversión en una sala dentro de un centro de ocio y consumo.
Seguiremos señalando que en ese proyecto hay intereses ajenos al mundo cultural, e intereses de individuos cuyo fin parece ser el beneficio personal más incluso que el corporativo>>
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